292023Mar
Reflexión del mes: te conviene ser autorresponsable.

Reflexión del mes: te conviene ser autorresponsable.

Ese es el título del vídeo que he colgado hoy en las redes sociales, y me viene de maravilla para colgarlo aquí también. Es uno de los grandes temas de la vida. Habla de crecimiento, de responsabilizarte de tu vida, y por lo tanto, dejar de culpar o responsabilizar a otros. Habla de un auténtico deseo de ser tú mismo, o elegir la versión descafeinada que te vende tu ego. Habla de tu compromiso ante la vida, de tu compromiso ante la muerte, ante tus seres queridos, ante tu trabajo, ante tus seres odiados….

En su momento hice una reflexión, o eso creo recordar, sobre la famosa canción que fue a Eurovisión, titulada: “¿Ay quién maneja mi barca quién? Que a la deriva me lleva ¿quién?” La eterna pregunta de por qué nos pasan cosas que no queremos que nos pasen. Esta la maravillosa versión de Gran Hermano del mismo tema que decía: “¿Quién me ha puesto la pierna encima para que no levante cabeza?” ¿Os acordáis de aquel mágico momento televisivo? Qué recuerdos.

En momentos tan chungos como esos, reconocer que eres tú el que te pones la pierna encima, no suele ser agradable. Y, a menos que hagas mucho yoga, ponerte la pierna encima de la cabeza, es a la vez, extremadamente doloroso. La ventaja de ser autorresponsable, es que, por pura lógica, tú te has metido en un berenjenal, tú, y sólo tú, puedes salir de él. Si en mitad del berenjenal, empiezas a echar las culpas fuera, responsabilizas a otras personas de tu enredo. Automáticamente estás reconociendo tácitamente, que tú, por ti mismo no puedes salir de ahí.

Es algo más que un simple juego de palabras, las palabras siempre son más de lo que dicen. Literalmente creas realidad con tu palabra. Estamos hechos de lenguaje, y el lenguaje que uses define la realidad que vives. Sólo aceptando la plena responsabilidad en todo lo que haces, te das el permiso para modificar aquello que tú mismo has creado.
Generalmente no es agradable ver y reconocer en nosotros, determinados comportamientos que no nos gustan. Pero sólo aceptándolos, tenemos la posibilidad de modificarlos, aprendiendo de paso la lección y el cambio de creencias, que no queríamos aceptar en nuestra vida.

Autorresponsabilizarte de tu salud, de tu economía, de tu felicidad, de tu estado emocional, de tu propia visión del mundo, es muy exigente, te lo aseguro. La otra opción, es ceder tu responsabilidad a otros, y automáticamente, ponerte a su merced. El precio a pagar, es conocido por todos, tu libertad como mínimo, a veces tu alegría, a veces tu salud… en definitiva, tu vida ya no te pertenece, eres el esclavo de alguien que te da lo que no te atreves a darte a ti misma.

Cándido Granada Álvarez.

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