
Reflexión del mes: ¿Qué única verdad me vale?
En terapia, y en la vida, cuanto más sencillo, mejor. Una única verdad para gestionar nuestra vida es suficiente si la entiendes lo bastante bien. Para los impacientes os digo que yo apuesto por: si te va bien, sigue así, y si no, algo tendrás que cambiar. Tampoco es algo demasiado rompedor ni la fórmula de la Coca Cola. Es simple y puro sentido común, y como se dice, el sentido común, no es el más común de los sentidos, ni de lejos.
Si tienes un problema en tu vida, y no lo resuelves, obviamente tendrás que probar nuevas formas de afrontarlo para resolverlo finalmente. Por si mi palabra no os llega, recurro a frases del Facebook, auténtica fuente de sabiduría. Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando un resultado distinto”. “Un problema sólo se puede resolver con un mayor nivel de conciencia que el que lo generó”. Sherlock Holmes: “Cuando todas las respuestas posibles han sido descartadas, lo imposible, por obligación, tiene que ser la respuesta”, y así ad infinitum.
Algo tan obvio, es descartado constantemente por todos nosotros. Nadie quiere aceptar que se equivoca, que no está en lo cierto, o que su personaje no funciona. Todos queremos seguir siendo lo que somos aunque nos cause sufrimiento. Esta terquedad es el origen y causa de nuestro sufrimiento, ponemos nuestro mapa mental por encima de la realidad, y sufrimos cuando el mapa no se ajusta a la realidad, en vez de cambiarlo por un mapa más actualizado y acorde con la realidad. Por eso yo hace mucho que sólo discuto con mi mujer, a todos los demás les digo: “adelante, sigue tu camino”. El tiempo le dirá con más claridad lo que yo intenté decirle en el presente.
El otro día, vino a terapia un filósofo, licenciado en filosofía, muy bien considerado, con cierta proyección pública, y enormemente sufriente. Venía con un mapa mental elaboradísimo y tremendamente absurdo que por supuesto, no le hacía feliz. Todos mis intentos de hacerle ver otro tipo de información, se veían bloqueados por una inagotable publicidad de su forma de ver el mundo. Como le dije, o te rindes, o seguirás sufriendo. Ganarás todas las batallas (dialécticas), pero perderás la guerra, porque tú has venido a ser derrotado, o a seguir sufriendo. ¿Y tú qué eliges? ¿Cambiar o sufrir?
Cándido Granada Álvarez.
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