
Reflexión del mes: Fea, tonta, y pobre.
El otro día nos contacto a Canvi, una mujer de unos 75 años, diagnosticada de sensibilidad química múltiple. Vive prácticamente recluida en su piso del centro de Barcelona, aquejada de mil dolores, y quejándose de todos y cada uno de ellos. Como nos pidió ayuda y no podía salir casi de casa, obviamente fuimos a visitarla. Eso es lo que hacemos en Canvi, ayudar a quien nos pide ayuda… y se ayuda a si mismo.
Durante la visita, conocimos a una mujer artista, muy delgada y quejosa, que había hecho mucho dinero en su época, y que ahora vivía encerrada en sí misma en un piso enorme, temerosa y enfadada con todo y con todos. En los diccionarios que relacionan conflictos físicos con causas emocionales, la sensibilidad química múltiple, se relaciona con la creencia de que el mundo es tóxico. El mundo es malo, resumiendo. Y ella era el ejemplo perfecto de una mentalidad semejante.
Conozco a otra persona, un hombre de unos 45 años que también está aquejado del mismo problema. El vive en una masía en mitad del bosque, está también muy delgado y muchas cosas le sientan mal a la hora de comer. Su discurso, apenas hablas con él, es obsesivamente conspiranoico, enfrentado con el mundo, y viviendo de espaldas a él. El patrón se repite.
Cuando hablé con esta señora, no paró de emitir un sinfín de quejas con respecto a su vida. Tanto del presente con las dependientas donde compra lo poco que compra o come, como rencores o quejas con décadas y décadas de recorrido. Otra característica de esta mujer es que recordaba absolutamente todo, y sobre todo relacionado con sus enfados. En qué fechas paso, cincuenta años atrás, fechas de nacimiento de quienes le afrentaron, direcciones, cumpleaños, situaciones… de todo. Tenía un archivo impecable de todo lo malo que había pasado en su vida. Un archivo vivo que mantenía al día, y que no paraba de rememorar.
Su principal queja era la maldición de haber sido muy guapa, muy lista, y muy rica. Y era cierto, era muy guapa aún, era muy inteligente en los negocios, y fue muy rica por ello. Si tus mejores bazas, por decirlo de alguna manera, las vives como maldiciones, ya te digo yo que la cosa no te va a ir muy bien.
Intenté razonar con ella para que empezara a abrir mente hacia otras maneras de ver su vida, pero era incapaz de asumir otra forma de ver el mundo y su pasado, paso clave para empezar a sanarse. Por supuesto, había ido a los mejores médicos, y nada le había servido porque no había sanado su mente, origen de sus problemas.
Para finalizar, porque no había manera de que cambiara por ahora su visión de la vida, le dije: “No te extrañe, Carmen, que en tu vida anterior hayas tenido una vida horrible, y que lo achacaras a que eras fea, tonta y pobre. Ahora la vida te ha dado belleza, inteligencia y riqueza, y puede que estes peor que en la anterior”. No son tus circunstancias solamente, es lo que tu piensas y haces de tus circunstancias, lo que rige en tu vida. Y eso se aprende, si te dejas.
Cándido Granada Álvarez.
Leave a Reply