En el mes de junio de 1998, a través de una revisión rutinaria, detectaron que tenía los leucocitos sumamente alterados, me repitieron la analítica a los 10 días y vieron que los leucocitos seguían subiendo. Con éstas analíticas me mandaron al oncólogo que me atendió con carácter de urgencia.

Después de una biopsia ósea, analíticas, pruebas de contraste, gama grafía ósea, etc..,el diagnóstico fue cáncer linfático.

Encontraron que mi sistema inmunitario, estaba sumamente bajo de defensas, por lo que en aquel momento, era totalmente imposible administrarme quimioterapia. Me pusieron defensas durante dos meses.

Desde el primer momento, le pedí a mi oncólogo que quería saber toda la verdad del alcance de mi enfermedad, ya que creo que si no sabes lo que tienes, no puedes luchar contra ella.
Los primeros tres días después del diagnóstico fueron duros de aceptar, pero como siempre he sido una persona fuerte con las enfermedades, comprendí que debía tomar parte activa en la curación de mi dolencia, y como ya tenía mucha práctica en meditación, control mental, energías etc., me puse manos a la obra, dedicando una hora y media tres veces al día a meditar y visualizar. Creo profundamente que si usamos bien nuestras capacidades mentales, podemos sanarnos a nosotros mismos.

Empecé por buscar la raíz del problema que había producido éste cáncer, en poco tiempo la encontré, era un sentimiento de culpa muy profundo que había arrastrado durante años. A partir de éste momento sabía que tenía un 50% ganado, continué con visualizaciones, que las efectuaba a través de relajación profunda. Cuando estaba en éste nivel, programaba mi mente para que se produjera la curación, a través de afirmaciones. A continuación, me visualizaba debajo de una catarata y veía el agua cristalina mezclada con luz blanca (pura energía), como entraba dentro de mi cuerpo a través del chacra corona y como me limpiaba toda mi sangre, todos mis órganos, y ésta agua y luz arrastraba toda ésta porquería y salía por la planta de los pies y desaparecía, (Aunque ahora estoy curada, cada día continúo utilizando ésta técnica).

También utilicé y utilizo la técnica Reiki, que es un sistema de sanación, oriental basado en la fuerza del amor y está reconocido oficialmente por la OMS para autoadministrarse energía diariamente y JAMÁS TUVE NINGUNA DUDA, de que todo lo que estaba haciendo, me estaba curando.
De hecho también me trabajé a fondo, la aceptación de la enfermedad, la autoestima, el perdón, etc.
Al cabo de un mes aproximadamente, me efectuaron una analítica y los leucocitos se habían parado. A partir de éste momento en cada análisis que me efectuaban, los leucocitos iban bajando, por lo que no me llegaron a administrar ni quimioterapia ni radio, hasta que hace aproximadamente dos años, las analíticas empezaron a salir dentro de la normalidad, hasta el día de hoy.
Quiero dejar constancia que estoy agradecida a la vida por haberme enviado a éste Maestro que fue el cáncer ya que a través del mismo, pude confirmar las capacidades que tenemos los seres humanos y gracias a ello ahora estoy ayudando con mi vivencia a personas que se encuentran afectadas por ésta enfermedad.

A los tres meses de haberme detectado el cáncer empecé a tener infecciones de riñón (pielonefritis), durante el primer año debido a ésta causa tuve dos ingresos hospitalarios. Para que el riñón derecho no se dañara, me administraron antibióticos diariamente. Me efectuaron todas las pruebas que existen para detectar la causa de las infecciones, pero jamás la encontraron (yo por mi parte también hacía limpiezas energéticas de riñón).
Como no encontraron la causa, los médicos determinaron que podía ser debido a que mi sangre estaba enferma a causa del cáncer.

Han estado administrándome ininterrumpidamente antibióticos para prevenir las píelos, durante cinco años y cuatro meses. En agosto del 2003, tuve otro ingreso en el hospital, porque las infecciones se habían convertido en crónicas, a los quince días del ingreso, había hecho resistencia a todos los antibióticos incluso los hospitalarios, llegué a un punto de desesperación tan grande que pedí el alta voluntaria, bajo mi responsabilidad, en contra de lo que opinaba mi doctora ya que ella pensaba que me estaba jugando la vida y así me lo hizo saber.

Yo lo tenía claro era mi cuerpo y era mi vida, dejé todos los antibióticos y fui a ver a una doctora especialista en medicina natural (Ortomolecular), la cual me empezó a tratar y me curó.
Hasta el día de hoy no he vuelto a tener ni una sola infección más, mis riñones están en perfecto estado y salvo las revisiones rutinarias del oncólogo, desde hace una año y medio no he vuelto a ningún médico ya que mi estado de salud es perfecto.