Hace tiempo que no te escribo, ya lo sé. Y cuando le he hecho, no ha sido para contarte quizás lo más importante que estaba pasando en esos y estos momentos: mi salud. Pero hoy voy a hacerlo. Me alegro de que pueda manejar este boli y expresar lo que llevo dentro y no quería sacar para no sufrir más, supongo. Pero todo momento llega y hoy es el momento, gracias a un ángel que he conocido, y me ha puesto deberes, como escribir mis sensaciones. La quicio experimental que en el hospital me estaban dando resulta que no ha pitado. Quedaban tres ciclos, pero era absurdo seguir machacándome, sobre todo cuando sabía que esto ya no funcionaba.

Hace un mes y medio, más o menos, que ya no recibo quimio. Le dije al doctor que iba a buscar por mi cuenta tratamientos alternativos, que iba a investigar el por qué de mi enfermedad…Lo he pasado mal, porque no sabía nada de la medicina alternativa. Mamá quería ir a Houston en busca de más quimio, pero yo ya no quiero. No es el cáncer quien mata, sino la quimio (cuando eres preso de un hospital).

Estando ingresada en el Valle de Hebrón, conocí a Mari Luz (a quien considero mi ángel de la guarda). Es risoterapeuta, y enseguida se ofreció a hacerme Reiki, si yo quería. Yo no sabía nada del Reiki. Sólo me sonaba el nombre; sabía que iba de algo de las manos, curación por imposición de manos. Una chorrada más, en la que una escéptica como yo no creía. Pero como nunca he dejado de tener curiosidad, accedí. ¿De verdad unas manos me iban a hacer algo? Vino ella a mi casa. Me tumbé en la cama, y noté mucho calor allí donde iba poniendo las manos. Cuando terminó estaba yo muy relajada, y con una sensación muy confortable. Se fue Marti Luz, y al cabo de un rato, cuando fui al baño, mi orina, salió, marrón. ¿Cómo podían salir toxinas de mi cuerpo mediante esa fórmula? Habría sido estupendo que alguien hubiese echado una foto desde dentro del water viendo las caras de mi padre, mi madre y la mía. Quedamos estupefactos un buen rato. Mirábamos incrédulos, pensando cada uno que quizás iba a ser cierto esto de la medicina alternativa. Al menos, yo decidí entregarme a ello. Mari Luz siguió viniendo a casa. Me asombraba su capacidad de entrega, su disposición, el que viniese ella a mi casa, y encima no quisiera cobrarme. Fue ella la que me introdujo en la que, a pesar de los pocos días que los conozco, considero mi familia catalana…

Me habló de Canvi (Cáncer y Vida), y en catalán “cambio”, y también, pensando, me di cuenta de que en inglés significa “puede ser” (tal y como se pronuncia). Esta O.N.G está iniciada y dirigida por personas que sanaron su cáncer con métodos alternativos, unos porque no quisieron darse quimio, y otros porque estaban desahuciados, como yo. Leí un reportaje sobre ellos en una revista (Discovery Salud) y visité su página web… Ya sabes, Cuinde, cómo soy yo, que si me enrollo n paro, pero ese correo fue un reto. Bajé a un cibercafé y les conté mi caso. No sé cuánto tiempo estuve delante del ordenador, recordando sombras negras, pero lo que si sé es que cuando terminé de escribir todo, me dije algo que no había hecho en estos tres años, ni siquiera en los 19 años de antes. Todo el mundo me ha visto muy positiva, con mucha energía, luchadora y me lo dicen. Otros dicen que me admiran, lo cual me abruma. Soy una persona muy modesta, que enseguida se pone con los mofletes colorados de vergüenza, y yo sólo me veía como una persona normal que ha plantado cara a la enfermedad como ha podido. Siempre me he negado a mí misma, siempre me he querido exigir más y más; me he querido muy poco, y cuando la gente me decía alabanzas, y me limitaba a dar unas introvertidas “gracias”. Pero cuando terminé de escribir el correo (estoy llorando ahora mismo, porque soy consciente del daño que me he hecho) y vi en un bloque todo lo que había pasado en mi enfermedad, me salió de dentro decirme con muchísima convicción: “¡Qué grande eres, Clara! ¡Qué fuerte! ¿Cómo puede ser que te creas poca cosa? Eres grande”. Creo que yo sola di un paso enorme ahí; nunca me había dicho a mí misma algo tan bonito en lo que tuviese fe. Desde es día creo que cada vez me estoy queriendo más. Miro mis dibujos en la habitación, y en vez de sacarles defectos, digo: ¿qué bien hechos estáis!

A las tres horas escasas de mandar el correo, me llamó Rodolfo, el padre de Alex. Dijo que querían conocerme al día siguiente. Suponía que tardarían semanas en contestarme, al menos días, pero no tres horas. Los he conocido enseguida; no tengo palabras exactas para describirlos. Es gente increíble. Son del mundo en el que siempre he querido vivir yo, el mundo del amor, donde todo está en calma, en armonía.

Y para colmo les caí en gracia, o se mostraban encantados conmigo, lo cual me sorprendía aún más. Recuerdo que sólo llevaba un día empezando a valorarme a mí misma. Por eso, cuando conozco gente, lo cierto es que caigo bien, no sé por qué. Quizás porque no soy un borrego más de la sociedad: quizás porque les transmito las ganas de vivir que tengo, aunque la situación no sea favorable. A veces pienso que es porque les doy pena. Pero esto último y lo voy borrando mi mente. Sólo una persona cerrada a la vida y al amor podría sentir pena de una chica que no quita una sonrisa de su cara, aunque esté enferma, porque mi sonrisa ilumina mi día y el de la gente que me rodea. El caso es que según ellos soy un angelet, y claro yo he pensado: ¿Y por qué no voy a serlo? Así que acepto, con mucho gusto, mi otra forma de llamarme. Además, me viene al pelo, ya que desde pequeñita pensaba que era un ángel caído y quería volver al mundo en el que podría volar; podría ver que todo era justo y sentirme feliz. Y pude hacerlo, porque nací con alas, pero cegada por los problemas terrenales, fui agrietándolas, deteriorándolas y cuando quise emprender el vuelo, cuando empecé mi carrera, a llevar mi vida por donde yo quería, de repente me atraparon en un hospital y esas alas quedaron amputadas hasta que hace unas semanas les dije a mi doctor que me había cansado de ser un cobaya, una marioneta, me corté los hilos, y al salir por el hospital era feliz. Yo volvía a ser mi dueña y mis alas comenzaron a crecer. Y todos estos ángeles que he conocido me están ayudando a emprender el vuelo y ahora que, de momento, no tengo las alas bien formadas, ellos me están prestando las suyas para ascender unos escalones y situarme en ese mundo en el que debía estar hace 22 años: el AMOR.

El primer contacto con ellos fue emotivo. Me daban abrazos, me querían sin apenas conocerme. Era precioso. Eran lo que yo había querido ser, pero me faltaba lo más importante: amarme a mí antes. Estamos en una sociedad muy pasota, muy fría, y de repente tanta gente dada y entregada, me ha roto los esquemas para bien. A mí siempre me ha costado dar un abrazo o decir un te quiero, pero dentro de mí hervía todo, porque siempre he sentido que toda yo era amor, que albergo tanto dentro de mí que podía repartir a todo el mundo, el Universo, el cosmos, y si el cosmos se alargase y creciese, mi amor seguiría llegando a los recovecos más pequeñitos. Era todo tan fácil, pero también tan difícil que no sabía que yo era la llave para que todo ese amor saliese. Ahora que empiezo a quererme, noto cómo mi amor ya va llegando a otros y es precioso. De repente, todo me parece estupendo, veo serenidad, veo armonía, y me amo. Tuve la primera reunión con ellos el viernes. No ha pasado ni una semana, y en este poco tiempo, me siento mucho más cargada de energía y mensajes positivos, de saber escucharme a mí, estoy aprendiendo mucho y asimilando todo.

El sábado conocí mejor a Fanny y Arturo. Me han iniciado en Reiki, para que así yo pueda hacérmelo a mí misma todos los días. Son un matrimonio maravilloso, tienen entusiasmo por la vida y por lo que enseñan. Entendí a la perfección lo que es el Reiki. Creo también que es lo que andaba yo buscando. Una terapia, una energía universal que gira sólo alrededor de la fuerza del amor. Sentí mucho amor en esa iniciación. Primero visualicé un rayo de luz blanca que me entraba por el chacra corona, y otro dorado que venía de la tierra y entraba por mis pies. Es lo que visualizamos cuando se comienza la sesión con el centrado del corazón. Al principio me concentré en eso para estar más centrada, pero hubo un momento en el que ya no hizo falta porque me dejé llevar. El pelo se me puso de gallina y la mezcla de los dos rayos se hizo blanca, muy blanca, me recorrió todo el cuerpo como si hubiese hecho una explosión, y me ví toda yo en un haz de luz blanca como flotando. Me sentía vaporea, me sentía un ángel. Le expliqué a Fanny que tuve la sensación como de ser una de estas pinturas de Miguel Ángel, en las que salen los personajes como flotando, extasiados. Fue una sensación única. Hoy he vuelto a hacer la orina marrón. Creo que mis padres se están convenciendo de que el Reiki tiene poderes buenos.

Ayer también estuve con el ángel que me ha mandado estos deberes. Paco Piñol, al igual que los otros, desprende un amor y una tranquilidad que me hace sentir bien y querer pasar mucho tiempo con ellos. Paco, por lo que estoy observando, trata más lo que es la mente de la persona, el buscar dentro de mí, dentro de mis heridas para hallar el por qué de la enfermedad. También me ha enseñado a hacer respiraciones. Lo cierto es que me están costando. Aún no controlo bien todo el aire que puede caber en mi pequeño medio pulmón, y me dan toses fuertes. Aún así, cuando termino de hacer los ejercicios, me siento más relajada, más limpia. De todos modos, tengo que ir poco a poco con esto. No estoy mucho tiempo, porque me canso, pero con paciencia y persistencia estoy segura que podré sacarle todo el rendimiento a mi pulmón.

Por otro lado, sobre el tema de la mente estuvimos hablando ayer. Creo que tengo mucho trabajo hecho ya, porque desde que me hablaron los doctores de mi última recaída, yo empecé a buscar, a indagar. Algo me dijo que un tumor no está ahí tanto tiempo persistiendo si no tiene un motivo, y fue cuando trabajé mi mente, desde el pasado hasta hoy, todo lo que me había hecho daño, lo que me había hecho feliz. Fui buscando formas de enfocar todo de otra manera, al mismo tiempo que recibía la quimio. Lo he dicho: en vez de ver a Puky, mi tumor, como un cabrón que me había amargado la vida, comencé a verlo como un niño perdido en mi pulmón. También creo que tengo una capacidad de asimilación muy grande. ¡Mi mente se ha abierto tanto y ha tenido que asimilar con rapidez tantas noticias que los médicos me han ido dando! Siempre preferí que me dijesen todo, aunque las cosas no fueran bien. Esto me ha ayudado mucho. Por ejemplo, para ahora, para poder asimilar mejor todos los nuevos conceptos que estoy aprendiendo con Paco, Fanny, Arturo, Alex…Sé que la gran causa de mi enfermedad, la más grande, he sido yo, por haberme despreciado, por haber renunciado a amar, a vivir. Pero este primer problema creo que lo estoy solucionando ya muy bien, si es que no está solucionado del todo. Tengo abierto mi chacra del amor, y lo siento, me siento feliz, me siento plena…

PREOCUPARSE=OCUPARSE”. Por cierto ayer aprendía algo muy importante con Paco. Es muy sencillo cuando lo ves, pero ha sido muy difícil todo este tiempo pasado. Ya no tengo que pre-ocuparme de los demás; no les hago bien. Lo que tengo que hacer es ocuparme de ellos. Así perciben de igual manera que ellos me importan, pero preocupándome sólo consigo contagiarles esa preocupación. Es así de sencillo, como lo explicó él. Tan sencillo como borrar un PRE. Es curioso: 22 años haciendo el pavo, y resulta que lo único que me molestaba eran tres letras. Y pensando acerca de esto, me he dado cuenta que quizás todos los PRE sobran en nuestro lenguaje. No he tenido mucho tiempo para pensarlo, pero por ejemplo PRE-juzgar, es súper feo. Pues, le quito el PRE, y ya está. Me quedo con juzgar, que es algo que hago cuando yo conozco lo que voy a juzgar. O también PRE-meditar. ¿Para qué meditar dos veces? Con una vez que lo pienses ya es suficiente. Incluso hay cosas que es mejor ni meditarlas. Conforme salen de tu corazón, de tu amor, es así como son.

Es todo un descubrimiento para mí lo que estoy conociendo estos días, y creo que estoy progresando bastante. También tengo que cambiar mi dieta. No he hablado de eso. Supongo que me acostumbraré a la comida saludable y a decir adiós a toda la porquería que hasta ahora he tomado. Mañana vendrá Rodolfo y me llevará a un mercado donde venden comida ecológica, de dietética y todo eso.

Aún no conozco a Alex, pero de alguna manera siento que estamos muy cerca el uno del otro, porque hemos pasado por procesos similares. Hemos visto nuestro cuerpo, ha sido la diana de un hospital y hasta haber tenido que soportar la amputación, ya sea de una pierna (él), un pulmón y medio (yo), o sobre todo, la libertad que cualquier joven como nosotros ansía a esta edad. Me siento cada día más fuerte y más segura de que esto es cosa mía y de que se va a acabar pronto. Me asombra que en unos pocos días esta gente me está dando una fuerza, unas alas, una energía, que en tres años y medio de hospital no me han dado siquiera la opción de elegir. Me quedo con eso, con la VIDA, con aprender cada día más y con la total seguridad de que voy a sanarme.


A NUESTRA GRAN AMIGA CLARA

Hola Clara, permítenos que nos dirijamos a ti en tiempo presente, porque todos nosotros sabemos muy bien que lo único que has hecho ha sido cambiar la forma, o sea simplemente has cambiado de plano, pero tu espíritu está y estará siempre aquí, a nuestro lado.

En nombre de todos los componentes de CANVI de Barcelona, te queremos dar las gracias por haber sido nuestra Maestra, por habernos enseñado tanto en tan poco tiempo, y sabemos también que eres más un ser de luz que un ser humano.

Contigo hemos vuelto a recordar lo que es el amor incondicional, es decir, el amor hacia uno mismo y hacia los demás. A tu lado hemos aprendido a no tener miedo ni de vivir ni a morir, y este no tener miedo es porque eres inmortal, eres espíritu eterno y siempre serás amada, porque de hecho, en esencia, eres amor en estado puro.

Con tu dulzura nos has enseñado cómo hay que amar y tratar a todos los seres humanos. Has participado de nuestras alegrías y has estado a nuestro lado, ayudando a los demás, contagiándonos con tu fuerza, tu vitalidad y tu entusiasmo. Contigo hemos saboreado el regalo de compartir el momento presente. A tu lado, nosotros nos hemos convertido en uno y has venido a enseñarnos la mejor lección que podíamos aprender para nuestra propia evolución, y es que el amor es un poder que produce amor.

Juntos hemos saboreado las cosas pequeñas, porque tú sabes muy bien que lo pequeño es hermoso, y a través de ti hemos recordado que el amor es el único equipaje que necesitamos para recorrer este camino en el que estamos.

Sabemos que estás muy contenta, porque la semilla que has plantado ya ha germinado y te prometemos que vamos a utilizar siempre tu forma de enseñar, que es con el ejemplo.

Y para finalizar queremos que sepas que lo más importante que hemos aprendido de ti es ir siempre, en todo momento y en toda circunstancia, por el camino de la Verdad, la Alegría y el Amor.

Fanny, Arturo, Paco Piñol, Álex, Rodolfo, etc